Son hermafroditas protoginos, que los primeros años son hembras y de más mayores se vuelven machos. En la época de reproducción el macho excava en la arena con su cola un nido redondeado de unos 30 a 100 cm de ancho, donde fecunda las huevas que pone la hembra y quedan envueltos en una masa gelatinosa. Después, es el macho quién los vigila hasta que eclosionan a los 9 días.Se reproduce en los meses de marzo y mayo.

Indicaciones para la pesca.- Su comportamiento gregario es todo un aliciente para su pesca, que puede resultar francamente divertida si damos con un buen banco. De todas formas, la densidad de su población en los tramos costeros que he venido observando durante las dos últimas décadas, cambia considerablemente cada año.
La chopa presenta muchas virtudes para la pesca deportiva. Alcanza un tamaño razonable (puede llegar al medio metro), ataca con avidez a casi cualquier cebo (la he pescado con gusano, con trozos de pescado, incluso con miga de pan) y traga con decisión.
La picada es franca, generosa, y lo normal es que se clave sin que tengamos que poner nada de nuestra parte.Se pesca a fondo, con cualquier aparejo y cualquier cebo, sin que sea tampoco exigente en cuanto al grosor del sedal o al tipo de anzuelo. ¡Así da gusto! De todas maneras, si tuviésemos que decantarnos por algún cebo en particular, aconsejaría emplear el gusano rojo, entero, que también enloquece a la breca. También es muy efectivo el rosario de gusanos coreanas y la gusano de serrín. Y a boya; la forma mas emocionante es colocando, en la linea de 0,14, un plomo redondo de unos 30 gr y un bajo de linea de 1 m. montado en 0,12. Se lanza al centro de la corriente y se macizará periódicamente. Se recogerá un poco de sedal de vez en cuando, y nunca se posara la caña, ya que se debe clavar la pieza justo cuando pica.Con estos sedales y con la fuerza del pez, la emoción esta garantizada

La chopa es un pez muy frecuente en los palangres de fondo, aunque el volumen de sus capturas, como ya hemos indicado, fluctúa mucho cada temporada. En todo caso, siempre se capturan de este modo, es decir, a fondo, y las que podamos pescar entre dos aguas -en verano en lugares muy concretos- no dejarán de ser casos excepcionales.
Ahora cogemos la caña y vamos a buscar a la chopa.Aunque se trata de un pez de distribución litoral, raramente se acerca mucho a tierra (aunque esto sea más frecuente en el Cantábrico que en el Mediterráneo) a no ser que encuentre profundidades de más de la decena de metros. De todas formas, en sus incursiones durante las noches del estío, puede ser sorprendida a media agua casi pegado a los muelles y diques de los puertos, pero esto no deja de ser un comportamiento excepcional. De ahí que, en las costas norteñas, la chopa se halle entre las capturas comunes del aficionado al lance pesado -que sí logra ubicar su aparejo a la profundidad conveniente-, mientras que en el Mediterráneo sea más abundante en la bañera de las embarcaciones de bajura.En cualquier caso, siempre que se dé este requisito de una profundidad mínima de unos diez metros, podemos encontrar a nuestro pez sobre fondos mixtos, con tendencia a los lechos blandos y ricos en alimento. Este dato es importante, pues la chopa no gusta de los fondos muy batidos, rocosos –duros, en definitiva- donde cazará el sargo pequeños crustáceos o buscará la dorada los moluscos adheridos a las peñas. No: la chopa prefiere unas condiciones más tranquilas, con pequeñas rocas entreveradas en el cieno, con ralas praderas de algas y manchones de arena. Los mismos lechos por donde vagarán otros espáridos, como los del género pagellus (el besugo, la breca o el aligote), cuyos cebos y aparejos comparte para su desgracia.

Puede ser capturada en todas las estaciones y a cualquier hora del día, pero el periodo ideal comprende los meses estivales y otoñales, durante el ocaso y hasta el alba.
Admite una gran variedad de artes. Su pesca deportiva se lleva a cabo con diversos aparejos de fondo, desde líneas fijas y durmientes, hasta balancines o ballestillas. Tanto da que el cebo se suspenda a una o dos brazas del lecho marino, como que se emplace directamente sobre éste. Con tal de que se halle lo suficientemente próximo, la chopa picará de buen grado. En un aparejo de tipo pater noster, morderá indistintamente los cebos situados a cualquier altura, sin mostrar preferencias apreciables entre las hijuelas a ras de fondo o las que trabajan a mayor altura.
Desde tierra cabe hacer la misma consideración. De este modo, cualquier aparejo de fondo de los que empleamos en la modalidad de lance pesado será adecuado. Al margen de que utilicemos uno diseñado para la captura de peces estrictamente bentónicos –como puede ser un lenguado-, o nectobentónicos –es decir, los que nadan cerca del fondo- como son la mayoría de los espáridos.
Entre los primeros, se encuentran los montajes en los que el anzuelo queda por debajo del plomo. Entre los segundos, como sería el caso del ya mencionado pater noster, están aquellos en los que el plomo remata el aparejo.Lo normal es que salga disparada en dirección opuesta a nuestra tracción y busque aguas libres en su desesperado camino. Si pescan con aparejo ligero y sedal fino –cosa que recomiendo- aflojen el freno y diviértanse.
Una vez presa, la chopa se defiende con dignidad. Nada llevándose el aparejo y lucha hasta el fin de sus fuerzas, que nunca escatima en el combate. Tampoco muestra ese instinto de otros espáridos que les lleva a enrocarse y consiguen romper el sedal haciéndose fuertes en las hendiduras de las peñas.